-Para dos terceras partes de la gente en el mundo la palabra “desarrollo” es un recordatorio de lo que no son. Les recuerda una condición indeseable e indigna. Para escapar de ella, necesitan hacerse esclavos de las experiencias y sueños de otros.-

Gustavo Esteva

El poder ejecutivo de nuestro país declaró el mes pasado, fundamentando a partir de méritos propios, que sin importar quién sea el candidato electo en las próximas elecciones presidenciales, México mantendrá una ruta de crecimiento y de desarrollo.[i] Por supuesto, que a tan pocos meses de dar por terminado su mandato, no podríamos esperar menos de nuestro presidente, que como cualquier político que esta cerca de participar en la alternancia de poder, necesita hacer propaganda por los méritos logrados durante su mandato. En este caso la presidencia tuvo la oportunidad de adjudicar el desarrollo del país al “fortalecimiento institucional que tenemos y al equilibrio de poderes que hoy tenemos”.[ii] Pareciera que Peña Nieto no se ha enterado de que la percepción de corrupción en las instituciones mexicanas va en aumento en los últimos 3 años. También sería importante notar que en las elecciones actuales algunos de los temas más discutidos son la falta de un sistema anticorrupción y la problemática entorno a la nula autonomía de la Procuraduría General de la República. Por otro lado, Peña Nieto explica como pautas para el “desarrollo” nuestro nuevo marco legal constitucional y las reformas estructurales. Es cierto, el gobierno priista ha trabajado durante el sexenio en instalar reformas en pro del desarrollo. Es este desarrollo del que me gustaría exhibir algunos puntos.

¿Cuáles son las pautas para el desarrollo? El 20 de noviembre de 1949 el nuevo presidente de Estados Unidos, Truman, declaraba:

“Debemos emprender un nuevo programa audaz que permita que los beneficios de nuestros avances científicos y nuestro progreso industrial sirvan para la mejoría y el crecimiento de las áreas subdesarrolladas.

Para Gustavo Esteva, activista mexicano e intelectual, el hecho de que Truman utilizara la palabra “subdesarrollado” es la causa de que “desarrollo” cambiara su significado para siempre, convirtiéndose básicamente en un eufemismo. Una nueva percepción, de uno mismo y del otro, quedó establecida.[iii] El subdesarrollo comenzó aquel día, en el que miles de millones de personas se adjuntaron a esta etiqueta. Esteva ilustra la consecuencia diciendo que en realidad, desde entonces dejaron de ser lo que eran (las personas que entraron dentro del subdesarrollo), en toda su diversidad, y se convirtieron en un espejo invertido de la realidad de otros: un espejo que los desprecia y los envía al final de la cola, un espejo que reduce la definición de su identidad, la de una mayoría heterogénea y diversa, a los términos de una minoría pequeña y homogeneizante.[iv]

Regresando a la idea de que el desarrollo se convirtió en un eufemismo, éste sería uno que sugiere separarse de la problemática del subdesarrollo. Ahora el desarrollo sería la herramienta para crear la idea (ilusoria o no) de que se va por buen camino. Lo que Esteva pone en tela de juicio es que históricamente, a partir del uso estratégico de Truman en su acción política, el desarrollo se ha enfocado y reducido al económico, que se ha ejercido con más velocidad que un desarrollo social y que los lineamientos económicos son los mismos para todos los Estados, lineamientos que regiones subdesarrolladas deben procurar para salir del rezago. La aceleración del crecimiento económico en comparación al crecimiento paulatino del desarrollo social es tan notorio, que sólo basta con entender que en México el 50% de la población ingresa tan sólo 2000 pesos al mes, cuando los top 5 empresarios de Forbes mexicanos concentran el 9% del PIB en el país.[v] Es entonces cuando el desarrollo que menciona nuestro actual presidente se envuelve en un contexto únicamente económico. ¿Es en verdad tan importante ser la octava economía a nivel mundial para 2050? Yo no soy economista, ni experto en política, sin embargo observo y entiendo que seamos un país con bastas oportunidades para crecer económicamente, pero no entiendo por qué tenemos que dejar rezagado el crecimiento social. Si siempre nos comparamos con los países más desarrollados, tanto económica como socialmente, no vamos a llegar a ningún lado. Hace falta echar un vistazo al interior de nuestro país y entender las complejidades que afrontamos.

Por supuesto que los programas de desarrollo social han aumentado con el paso de las décadas y de los distintos poderes que ejercen el poder. También es importante reconocer los esfuerzos de la inversión privada por crear, cada día más, programas y espacios para el desarrollo social. Esfuerzos impulsados por el aprecio por nuestro país y muchas veces también, por la impotencia que se siente al ver que las instituciones públicas no han sido capaces de posicionar mejor la balanza entre desarrollo social y económico en México; y es que, tan solo por poner un ejemplo, existen entre 5,500 y 6000 programas de desarrollo social a nivel estatal y municipal que no están coordinados entre si. Esto ocasiona que los recursos destinados muchas veces no lleguen ni siquiera a las personas indicadas. Es decir, que muchos de los recursos que si se están invirtiendo en desarrollo social, ni siquiera están siendo aprovechados en su totalidad, información sumamente preocupante.

Sabemos que dos de las problemáticas a resolver en temas de desarrollo social son, por un lado, el acceso a la educación de calidad de toda la población y por otro, el incremento en el ingreso por vivienda; por supuesto que estás dos son parte de un grupo más grande y complejo de problemáticas. Pero… ¿Qué importa dar mejores ingresos a las viviendas si el crecimiento e inflación económicos se aceleran a un ritmo que los ingresos no pueden balancear? ¿De qué sirve una reforma educativa, si las oportunidades de educación no son para todos? Tal vez, deberíamos de crear un programa que nos permita bajar la velocidad con la que decidimos en que invertimos, que nos de tiempo de hacer un análisis profundo de los cuellos de botella y de las situaciones que más incursionan en el desequilibrio económico-social, para entonces poder discernir a favor de todos los mexicanos, que acciones debemos tomar para mantener un crecimiento económico aceptable y, más importante en la actualidad, que acciones en concreto van a acelerar el desarrollo social, de manera que en un futuro el crecimiento económico incluya a la mayoría y no a unos cuantos.

Me parece trascendental que cada uno de nosotros nos cuestionemos en qué nos afecta realmente que nos comparen con otros países económicamente. Muchos mexicanos que nos sentimos orgullosos de pertenecer a esta gran cultura, no nos damos cuenta que si queremos ayudar a progresar de manera mas plural y equilibrada, hace falta invertir (económicamente) en nosotros mismos y no siempre en las tendencias globales, también falta crear programas sociales específicos para derrumbar nuestras propias barreras y, lo más significativo, concretarlos. Para obtener el cambio que todos anhelamos, hay que empezar por ayudarnos a nosotros mismos y eso se logra procurando primero nuestro entorno.

 

Leto.

 

 

 

 

 

 

[i] http://www.excelsior.com.mx/nacional/sin-importar-quien-sea-electo-mexico-seguira-en-desarrollo-pena/1234476

[ii] Ibíd.

[iii] Diccionario del desarrollo completo, 2011. ONU

[iv] Ibíd.

[v]https://www.forbes.com.mx/el-paradigma-del-desarrollo-social-fracaso-expertos/

 

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