Desde niña, me ha interesado mucho el tema de la salud y pienso que sin salud no se puede hacer nada y que no vale la pena poner en riesgo la salud. Me ha interesado el tema de cómo se puede uno conservar mejor para que en la vejez uno no llegue tan viejo.
Desde que era puberta, me ha tocado ver cada vez más avances tecnológicos. Entiendo que también se debe a que es normal que cada vez estos avances tecnológicos pasen con mayor frecuencia.
¿Qué pasa con el tema salud cuando metemos el factor tecnología en la ecuación? Suena como un "no brainer", suena como algo que necesita el mundo y suena como algo todos o casi todos quisieramos adoptar en nuestras vidas.
Sin duda pienso que gracias a la tecnología podremos vivir más tiempo y mejor. Pienso que nos facilitará mucho el proceso para diagnosticar enfermedades y pienso que nos puede ahorrar las idas a los doctores y laboratorios. ¿Qué pasa con los doctores? Habrá cada vez menos? Nos atenderan desde una pantalla?. Hoy en día ya hay robots que te operan desde China, el paciente estando en Estados Unidos. Hoy en día ya se escuchan varios startups mexicanos tales como Miroculus y Semka que quieren facilitar nuestro día a día con diagnostico temprano de padecimientos.
Quiero hacer un parentesis con algo que me contaron el otro día.. Miren niños, vean el centro comercial y las tiendas; veanlo bien porque esto en unos años va a desaparecer. Justo esa oración pienso que aplica a muchas industrias y es impresionante como cada vez todo cambia más rápido y cómo poder pensar que las nuevas generaciones algún día comentaran: En serio iban a dar la vuelta a algún lugar para comprar cosas? Hoy en día con Amazon, y demás comercios en línea fomentan a que ese enunciado sea cada vez más común. Lo mismo puede pasar con la experiencia de ir al doctor, hospital, laboratorio.
Estos cambios tecnológicos cambian con nuestro estilo de vida y manera de vivir. Convirtiéndonos en más aislados y egoístas al elegir con quien pasar nuestro tiempo y para qué razón.
Son claras las implicaciones tecnológicas que vemos hoy en día. Lo que verdaderamente no es claro, es cómo nuestra genética pudiera reaccionar ante algún implante / transplante / tratamiento virtual o artificial. Desgraciadamente, para ver los efectos se necesitan que pasen años. De eso no nos salvamos. Suena todo muy atractivo o interesante y ojalá un día se pueda llegar a crecer un órgano para poder ser transplantado en vez de tener que usar el de una persona. Estaría increíble y pienso que sí será posible, a pesar de que el camino no será fácil, me fascina la época en la que vivimos y me fascina leer acerca de cosas que pensaba no podrían ser posibles y ver como gente ya desarrolla y sueña con el proyecto.
La salud es lo más importante, y que mejor poder aprovechar la tecnología para poder vivir mejor y por más años.
Mar Carrasco - Gamma Class
Me gustan mucho los TED Talks porque encuentro cosas nuevas para aprender y reflexionar. El TED Talk que vi para escribir este artículo, me dejó sorprendida y cuando terminé de verlo, no sabía ni que pensar. Me tardé varios días en poder descifrar lo que había significado para mí. Por un lado, Michael Shermer habló muy rápido y cambiaba de temas y ejemplos rápido. Y por otro lado, sentí que ni él sabía cómo comunicar el mensaje de la conferencia.
Yo voté por este tema para escribir el artículo y sin embargo habían pasado varios días y todavía no sabía ni qué escribir o cómo reflexionar al respecto. En fin, llegó un punto en donde casi me estaba arrepintiendo de haber votado por este tema para escribir.
La vida es impredecible y casi siempre, nada es lo que parece. La gente y situaciones nos sorprenden una y otra vez a aquello que abren los ojos de lo que pasa por enfrente. Eso es lo que más se me quedó de la conferencia y me tarde varios días en no sólo asimilarlo sino verlo.
Collective Academy no me deja de sorprender. Hay tanta gente con la que convivo todos los días que me encantaría pudieran abrir más sus ojos y cuestionarse el por qué hacen lo que hacen y bajo qué fundamento.
Michael Shermer dejó clarísimo lo limitada que es la mente humana y lo fácil que se puede manipular el cerebro y las conexiones neruronales. De verdad que acabé muy confundida y hasta sentí tristeza porque me puse a reflexionar sobre situaciones donde siento que los medios, el gobierno, trabajos y hasta amistades han tratado de manipular mi pensamiento. No siempre con un fin malo pero el simple hecho de distorsionar algo y que lo creas es lo que me hizo sentir tristeza.
También estuve pensando en cómo se podría evitar eso y la verdad es que aún queda mucho por explorar el cerebro humano, cómo funciona y cómo reacciona ante eventos.
Quiza hasta estoy confundiendo a la gente que está leyendo eso y la verdad es que es el propósito. Lo más importante que quiero dejar en este escrito es que te cuestiones todo lo que hagas y que encuentres la razón de por qué lo haces. Si obtienes la respuesta del por qué de tus actos y estás tranquilo/a con eso, ya estás del otro lado y el cuestionamiento puede terminar porque tampoco creo que valga la pena cuestionarnos todo todo el tiempo, sería muy desgastante. Pienso que lo mejor es estar agusto contigo mismo y seguro de que lo que estás haciendo es lo que quieres y tiene su razón de ser.
Mar Carrasco - Gamma
¿Cómo saber si algo está caro o barato? ¿Cómo decides?
El tema de si algo está caro o barato es subjetivo ya que cada persona valora distintas cosas. Hay personas que prefieren calidad, sin importar el precio. Hay personas que se basan 100% en obtener el mejor precio y hay personas que necesitan que sea caro para que valga la pena lo adquieran. Coincido con "Tom Whitwell - Flux" en que nuestra reacción en cuanto al precio no es consciente y en que es una respuesta primitiva ante una señal de precio.
Gracias en una buena parte a las materias de Collective Academy, pienso que lo más importante para poder establecer un precio, es conocer bien tu mercado. Conocer qué les apasiona, lo que los mueve, lo que valoran. Son esos detalles cualitativos que van a hacer que cuando vean tu producto reaccionen con comentarios como:
"Estaba cara la comida pero wowww, lo valió 100%" o "Me encanta porque es súper barato y la calidad es buenísima"
El primer comentario aplica a algún buen restaurante como puede ser el Pujol del chef Enrique Olvera y el segundo comentario a alguna tienda como Uniqlo que se caracteriza por precios accesibles y calidad superior vs a lo que te costó la prenda.
A mí en lo personal me llaman tanto el Pujol como Uniqlo. Soy una persona que valora la calidad y la experiencia y sé en qué vale más la pena invertir mi dinero. Los dos casos, saben que yo soy "cliente potencial" cuando hacen su estudio de mercado y estrategia de precio.
Quise dar esos ejemplos sólo para hacer ver lo subjetivo que puede llegar a ser el pricing. Al final la mejor manera de establecer un precio es conociendo a tu mercado / cliente.
Me gustó, que el artículo mencionó los ejemplos de que hay que tener 3 opciones ya que cuando es así, y cualquiera que esté leyendo mi artículo podrá pensar en algo que tuvieron que elegir el día de hoy, les puedo casi garantizar que su decisión mas sencilla pasó cuando tuvieron 3 opciones. Elegir entre dos no es tan fácil pero cuando hay una tercera opción, se convierte en relativamente fácil para poder elegir.
Me pareció una buena idea el hacer experimentos para ver si funcionaría tu esquema de precios y me pareció todavía más interesante el que cuando le cambies el precio al cliente, por naturaleza va a reaccionar de manera negativa y poco a poco van aceptando los nuevos precios. Ese tipo de situaciones pasan cada año que hay el ajuste de precios por la inflación. Como por ejemplo un café en Starbucks, el costo del estacionamiento, un boleto de cine. Son precios que se necesitan ajustar por la inflación y que de primera instancia la gente se queja y ya luego se acostumbran. Pero ¿Qué pasa detrás de eso? ¿Quienes deciden cómo ajustar los precios? ¿Con qué precio no pierdes clientes y eres rentable al mismo tiempo?
Para resolver todas esas preguntas, vuelvo a insistir que es conociendo ¿Quién es tu cliente? ¿Por que son tus clientes? ¿Qué los hace leales a la marca? Esas preguntas me encantaría las personas que están leyendo mi artículo las traten de contestar con sus 3 marcas favoritas. Pido que cada quien piense en sus 3 marcas más que nada para comprobar que es subjetivo y que se vale que ni haga sentido... Es como, ¿Por qué comprar un iPhone vs un Galaxy? Se vale que a cada quien nos gusten diferentes cosas y que valoremos distintas cosas. Yo todavía conozco gente que tiene un iPhone 4 y dicen que así están felices y que no necesitan el iPhone X. Al final, no tengo la respuesta ni soy experta y hay todo tipo de opiniones y visiones pero lo que sí puedo transmitir a través de este artículo y después de haber leído el material para la preparación es.... La próxima vez que estés decidiendo entre algo que comprar o la próxima vez que decidas ir a alguna tienda, cuestiónate... ¿Por qué esa tienda? ¿Qué hizo que tomaras la decisión?. Si empiezas entendiendo tu propio comportamiento, será más fácil que puedas empatizar con la demás gente, ya sea tu familia, amigos, o el lugar donde trabajes.
- Mar Carrasco, Gamma Class
Referencias:
2. Why you should never ask customers what they’ll pay (2013), https://blog.leanstack.com/why-you-should-never-ask-customers-what-theyll-pay-dd631fd5121d
3. Notas de la clase de Diseño (2018), Lulo López - Collective Academy
4. How to actually empathize (2017), https://medium.com/cylinderproject/how-to-actually-empathize-8198e7800166
5. Notas de la clase de Marketing (2017), Damian Pinto y Jorge Fajardo - Collective Academy
GT 15 Inequality
La inequidad monetaria no es un problema de los últimos tiempos lleva existiendo con mayor o menor severidad desde hace varios siglos, pero cobra relevancia, sobre todo, en épocas de cambios y de propagandas políticas. No tengo intención alguna de involucrarme en ese lodazal embarrado de individualismos, egos y mentiras (de todos y cada uno de los lados), si no que busco con este artículo abordar el tema desde una perspectiva constructivista, sensata y alineada con el futuro que ya empezó.
Creo que este tema es tremendamente relevante porque si seguimos pensando que los cambios van a venir de quien esté en el poder, de cambios en la política de impuestos, de redistribuciones, de un gran “borrón y cuenta nueva”, de defender a capitalistas, de proteger las fortunas heredadas, seguiremos generando más odio y división, cómo si el mundo no estuviera ya indigesto de las mismas.
Más allá de estar de acuerdo con una u otra de las propuestas, creo que la respuesta yace en todas. En unas con voz fuerte y preponderante, en otras como un susurro secundario, pero si en algo estamos todos de acuerdo, es en que una de las soluciones y aquella en la que yo fervientemente creo, es el cambio educativo.
La diferencia de oportunidades, contactos, conocimiento y desarrollo de habilidades son, por lo bajo, una de las raíces fundamentales del problema y como menciona Mc Closky (1), la batalla no debiera estar en bajar a los que están “arriba”, sino en dar las herramientas, el conocimiento y las “capacidades” necesarias a los que han estado económicamente en desventaja para que tengan la misma oportunidad que todos de “subir”.
Para poder contextualizar mi propuesta debemos tomar en cuenta el momento histórico en el que nos encontramos. Es real que hoy existe una diferencia importante entre los que tienen mucho y los que tienen poco (hablando de dinero y activos, para no enredarnos con una perspectiva más filosófica de lo que es “tener” ... aunque me encantaría). Es real que no hay igualdad de oportunidades y que se favorece a los que ya tienen. Es también real que la tecnología está avanzando exponencialmente y que está tendiendo a la democratización.
Es real que la educación tradicional está obsoleta y que las enseñanzas impartidas no solo no están preparando a las generaciones que vienen para el mundo incierto y cambiante, sino que acentúa el problema de inequidad del que estamos hablando al promover el individualismo por sobre lo colectivo, la rivalidad sobre la colaboración, la rigidez por sobre la innovación. No solo se está equilibrando pobremente el contenido, sino que además se imparte inequitativamente según la zona en la que se viva o el dinero que se posea.
Ivan Illich (2) lleva diciendo desde los años 70’s que las escuelas (tradicionales) limitan a las personas viviendo en pobreza a tomar control de su propio aprendizaje... que la escolarización obligatoria inevitablemente polariza a la sociedad y clasifica a las diferentes naciones de acuerdo a un sistema internacional de castas.
Si bien Piketty, Topel y Murphy tienen argumentos diferentes frente a la inequidad, todos concluyen que se debe invertir en el capital humano, mejorar el desarrollo de habilidades y fomentar una mejor educación. (Howard R. Gold, 2015) (3). Aquí concuerdo plenamente y creo que donde vale la pena detenerse, es en el tipo de educación que se debe impartir para generar ese cambio. Puesto que no solo es lograr que todos tengan acceso a “una” educación, ni que todos puedan costear una “educación superior”. El tema más relevante aquí, es en QUÉ va a consistir esa educación. Qué se les va a enseñar, o más alineado a lo que pienso del ser humano, de qué manera vamos a permitir y guiar el desarrollo del potencial que ya poseen intrínsecamente todas las personas.
Utilizando los términos de los que habla McCloskey en su artículo, quisiera ahondar en la igualdad, libertad y justicia desde el enfoque educativo.
Empecemos por igualdad. Propongo que en vez de centrarnos en que todos aprendan lo mismo, al mismo tiempo y en el mismo lugar y llamar a eso igualdad de oportunidad, ofrecer, en vez, un “espacio de aprendizaje” que permita a las personas fluir desde su propia curiosidad y capacidad creativa. No imponer, facilitar. Enseñar el importante lenguaje de la tecnología y el cómo usarla para maximizar el potencial, pero sobretodo enseñar sobre la propia humanidad, la fuerza de la colectividad y la conectividad, impulsar hacia la pericia en el autoconocimiento, generar pensadores críticos y curiosos que sepan reconocer sus fortalezas y se sepan “ver” en los demás. Esto último es fundamental para el desarrollo de la empatía, el fomento del trabajo con los demás y la eventual posibilidad de vernos en igualdad ante la ley y en igualdad en nuestra dignidad social lo que, a su vez, como menciona McCloskey potencia la creatividad y maximiza la energía de las personas mientras nos permite vivir en armonía.
Hablemos ahora de libertad, que la educación ofrezca libertad para cuestionar, libertad para crear, libertad para escoger de qué manera y en qué formato quiero aprender, sobre qué tema quiero explorar y qué camino quiero tomar para adquirir más conocimientos. Libertad para escoger si quiero aprende sentado, de pie o en movimiento. Libertad de escoger de quién quiero aprender. Esto no se consigue con instituciones cerradas sino con espacios abiertos, con el uso de la tecnología, el libre acceso a información, a cátedras y a pláticas inspiradoras. Con la posibilidad de intercambiar ideas, argumentarlas, desarrollarlas y enriquecerlas con la visión de los demás. Se consigue con personas que saben facilitar en vez de dictaminar, permitir en vez de manipular, guiar en vez de imponer.
Pero la libertad sin el fomento del pensamiento crítico y sin la enseñanza y confianza para la autogestión tampoco nos llevan muy lejos. Debemos infundir seguridad en las personas al bien venir las diferencias, al no discriminar (ni por género, capacidades, color, raza ni religión), al ver las pequeñas o grandes diferencias como sellos personales que nos hacen únicos y que nos permiten aportar desde visiones diferentes.
En cuanto a la justicia, es solo “justo” que este tipo de educación y de libertad de aprendizaje sea accesible a todos, independiente del estrato social y el lugar donde se viva. El aprendizaje humanizado y de calidad debiera ser un derecho inherente puesto que todo ser humano posee la misma dignidad y tiene el mismo derecho a potenciar al máximo sus habilidades y oportunidades.
El resultado de este tipo de educación se traduciría en seres humanos seguros de sí mismos, conocedores de sus emociones, sus miedos y sus diferentes tipos de inteligencia (mental, emocional y visceral), el cómo acceder a ellas e interpretarlas. Seres humanos empáticos y respetuosos de su libertad y de la de los demás, seres humanos colectivos y colaboradores, críticos y creadores. Conscientes de lo que los rodea, de las consecuencias (positivas o negativas) de los actos y de los beneficios de un bien común.
Esto no solo debiera ser posible, sino replicable y llevaría inequívocamente no solo a una disminución de la inequidad, sino también a un aumento del bienestar general y una mejor calidad de vida que ya no se reserva a unos cuantos, sino que se posibilita como un derecho a “unos todos”.
Allen en su libro “Educación y Equidad” (4), argumenta que la educación juega un rol fundamental en el cultivo de la equidad política y social y en la justicia económica. Su enfoque humanista propone reorientar la trayectoria educativa hacia alistar a los estudiantes para vivir como ciudadanos democráticos, entendiendo democracia como una forma de convivencia social en la que los miembros son considerados libres e iguales.
Las ideas liberales son las que nos permitirán re-construir, re-volucionar, re-crear, re-nacer. Si seguimos intentando las mismas prácticas esperando resultados diferentes, estamos destinados a seguir fracasando.
Alejandra Costa P. (Gamma)
Referencias:
1) McClosky (2016) https://www.nytimes.com/2016/09/04/upshot/the-formula-for-a-richer-world-equality-liberty-justice.html?_r=0
2) Danielle Allen (2016) “Education and Equality”
3) Howard R. Gold (2015) http://review.chicagobooth.edu/magazine/spring-2015/how-piketty-is-wrong-and-right
4) Ivan Illich (1970) “Deschooling Society”