El cambio climático es un tema del que hemos escuchado sin parar desde hace mucho tiempo. Noticias constantes sobre cómo ha empeorado la situación y cómo ya estamos viendo consecuencias hoy a algo que por muchos años ha sido tomado como un escenario fatalista o extremista. Vemos inundaciones que dejan sin hogar a cientos de personas, incendios forestales, climas extremos en lugares donde antes se mantenían temperaturas más constantes, pero me atrevo a decir que la gran mayoría de las personas, cuando piensan en causantes del cambio climático, nunca pensarían en agregar la decisión de tener hijos.

Y cuando pensamos en ello, tiene sentido. En un planeta sobrepoblado, la decisión de traer a una persona más al mundo afecta a largo plazo también al calentamiento global, pues aumentamos las proyecciones en emisiones de dióxido de carbono. Entonces hay que preguntarnos: ¿tener hijos es una decisión que va más allá de las dos personas que lo van a tener?

En el periódico The Guardian, se aconseja: ¿quieres combatir el cambio climático? Ten menos hijos. Y en el New York Times, podemos leer que: la peor acción que podemos tomar en contra del medio ambiente, es tener hijos y cuenta que si en una vida hipotética de una mujer promedio americana, tomara la decisión de cambiar a un coche eléctrico, reciclara, instalara paneles solares en su casa, el tener 2 hijos afectaría casi 40 veces más de lo que ayudó con hacer esos cambios pro ambiente.

El tener hijos no es una decisión sencilla; al final, cuando una pareja decide tener un bebé debe pensar en todas las implicaciones tanto económicas, como de tiempo invertido. Pero más allá de eso, ¿no debería también pensar uno en cómo podría afectar al planeta? Porque, aunque reciclaras toda tu basura y trataras de ser una persona completamente ambiente-responsable, todas las emisiones de dióxido de carbono producidas directa o indirectamente por un hijo, al final, también son tu responsabilidad.

Es sabido que en países de bajos recursos, la educación sexual es poca o nula y que no hay fácil acceso a métodos anticonceptivos. Entonces no podemos esperar este tipo de conciencia de todos los habitantes de la tierra. Pero si tu tuviste la suerte suficiente para haber crecido con una buena educación y acceso a información ilimitada, debería ser algo que quieras cuestionarte.

No hay una respuesta correcta y que vaya a solucionar el problema. Pero tal vez, cuando quieras extender tu familia, habría que pensar en: ¿por qué quiero un hijo? ¿Porque es lo que espera la sociedad? ¿Porque es el siguiente paso como pareja? ¿Porque buscas cumplir un sueño en el que tienes muchos hijos porque así lo hicieron tus papás? ¿O lo contrario, y buscas tener la familia grande que nunca tuviste? ¿Porque quieres compartir esa experiencia con tu pareja? Y debes pensar, esa razón en ti y en cientos de millones de personas, ¿podría el planeta sostenerla indefinidamente?

Pero debemos no olvidar que una parte importante de cómo se verá el futuro, recae en los niños de hoy. Tal vez una parte de la solución es educar conscientemente a los niños a ser personas que busquen el mejorar (¡realmente mejorar!) el planeta, que busquen tomar acciones diarias que lo cuiden y que busquen ser contagiar esas ganas de cuidar el planeta. También una parte importante a la solución es buscar pedir regulaciones que mantengan a todos tomando acciones proambientales, como lo hizo Chile en las últimas semanas al convertirse en el primer país en América Latina que prohíbe el uso de bolsas de plástico para los supermercados, o países europeos al prohibir el uso de plásticos de un único uso como vasos, platos, bolsas desechables.

Al final el cambio debe ser de todos y no de dos personas tachadas de hippies que buscan contaminar lo menos que pueden en su día a día. Buscar no la comodidad si no, el bien común.

Iba saliendo de una junta en un café caminando por mi colonia y me dirigía a comer con unas amigas. Como ya es costumbre, abro WhatsApp para contestar las notificaciones que sentí en mi bolsillo durante la reunión - una de ellas es de Shari, mi asesora de LECO, quien siempre está pendiente de entregarme mis lentes de contacto cuando los necesito.

Y llego al restaurante a reunirme con mis amigas. Espera, pensé, ¿acabo de hacer una compra verdad? Wow, creo que ni me di cuenta.

La historia que acabo de narrar es real. Fue uno de los comentarios que recibí por parte de Eli, uno de nuestros primeros usuarios. Eli me contó que lo que más disfruta de LECO es que nosotros conocemos mejor sus hábitos de lentes que ella misma y que pedir nunca se siente como resolver un pendiente sino como una conversación real. Ese es el poder del Conversational Commerce, la nueva forma en que los negocios pueden interactuar con sus usuarios a través de las mismas plataformas donde ellos conversan con sus conocidos.

¿Por qué es tan relevante esta tendencia?

En primer lugar, Conversational Commerce te permite pasar de ser una empresa que transacciona con sus usuarios a una empresa que habla con sus usuarios. A través de conversaciones, puedes captar intenciones, insights y verbatims, lo cual te lleva a conocer verdaderamente a las personas. Si con ello logras generar un vínculo real, pasas de estar en su mesa de trabajo (PC) a estar en su bolsillo (Smartphone), de poderle enviar solamente emails, los cuales ignora fácilmente y es un canal de comunicación más lento, a enviarle mensajes de WhatsApp para saber en tiempo real, si estas siendo relevante o cómo mejorar tu propuesta de valor.

Con Conversational Commerce, la base de usuarios pasa de ser las personas que están en una computadora a todas las personas que tienen smartphones. De acuerdo a estadísticas de Anderseen Horowitz, para el 2020 habrán 5B de personas con un smartphone, lo cual es 1.7 más smartphones que computadoras al día de hoy. Conversational Commerce se vuelve una forma en que las marcas pueden de forma proactiva, comunicarse con sus consumidores y prospectar rápidamente a nuevos usuarios. Así como las apps tienen el poder de comunicarse directo con sus consumidores sin necesidad de una acción previa a través del envío de "Push Notifications", el conversational commerce tiene el poder de colocar a tu empresa directamente en el canal de comunicación más usado, sin que el usuario tenga que tomar una acción.

Pero más allá de tener más cercanía con los usuarios y estar presente en manos de más personas, lo más increíble es que la tendencia es escalable mediante tecnología, chatbots y AI.  De acuerdo a Gartner, para el 2020 el 85% de las relaciones entre consumidores y empresas sucederán sin interacción humana. Y es absolutamente necesario. La gran mayoría de las interacciones que tenemos con empresas se podrían responder mediante respuestas y flujos previamente automatizadas y dejar solamente aquellas problemáticas difíciles de resolver a personas reales, las cuales probablemente tendrán un trabajo aún más importante que el que hoy tienen, donde repiten día con día millones de instrucciones de la misma forma. Gracias a Conversational Commerce, LECO alcanza tazas de conversión hasta del 14% cuando en promedio un e-commerce set tienen tazas de conversión del 2.35% de acuerdo a Google.

Para LECO, los smartphones son el habilitador más importante del customer journey y nos entusiasma mucho saber que mediante este dispositivo, estamos ayudando a cientos de miles de personas en sentirse respaldados en su camino a ver mejor.

Hace dos semanas me salío una nueva notificación en mi celular; “reporte semanal del tiempo en pantalla”. Me metí a ver que era y lo primero que vi fueron unas letras grandes que decían; 4 horas promedio al día, claramente me asuste y leí todo el reporte. Literalmente es un nuevo “tool” del iphone que mide el tiempo que pasas activo interactuando con tu celular. El reporte viene categorizado; redes sociales, productividad, lectura y referencias. Después viene una lista ordenada de aplicaciones de la que usas más a las que usas menos y cuanto tiempo en la semana y al día promedio le dedicas.

Lo sorprendente fué que la semana siguiente me volvio a llegar el reporte, con un letrero gigante que decía; “aumentaste 19% tu tiempo en pantalla”. Honestamente casi me da un infarto, ya que la primera vez que lo vi se me hizo mucho tiempo y siendo aún más honesta mi tiempo está 85% en redes sociales, por no decir perdiendo el tiempo. Lo más impresionante para mi fué que en la pantalla de entrada sale otro aviso; “estas 55min promedio abajo de la media en uso de pantalla”.

Después de estos dos reportes yo me puse un reto personal para obligarme a bajar ese tiempo perdido, pero en realidad en lo que me quiero enfocar es en lo que estamos viviendo hoy en día con los celulares o “smartphones”, porque claramente no soy la única en esto.

El celular solía ser un aparato digital móvil con el que las personas se podían comunicar entre sí por medio de una llamada telefónica en cualquier momento. Hoy en día los celulares prácticamente son una computadora pequeña que puedes traer contigo a todos lados. Por todos los avances tecnológicos y desarrollo de aplicaciones  ha creado nuevos hábitos y desórdenes en el ser humano.

Y la pregunta es, ¿Porque no podemos soltar o dejar el celular?

En el 2011 se realizó un estudio  por la Oficina de Correos en El Reino Unido y lo que descubrieron es que el ser humano es adicto a tener el celular disponible y cuando no lo tiene genera ciertos síntomas de ansiedad y de obsesión que invaden nuestro cerebro y nos hace desear intensamente volver a estar conectados. Este síndrome psicológico se conoce como “Nomofobia”. El término nace de la expresión inglesa “ no-mobile-phone phobia”.

El estudio lo hicieron con un universo de 2,163 personas y los datos revelaron que el 53% de las personas que eran usuarios de un celular sienten esa ansiedad cuando se termina la bateria, lo pierden o se quedan sin internet. El estudio también demostró que el 48% de las mujeres y 58% de los hombres sufren este trastorno. Y por último el estudio concluye afirmando que el nivel de estrés que se presenta cuando una persona tiene Nomofobia es igual o equiparable al estrés que puede tener una persona un día antes de su boda.

Actualmente son muchas las personas que sufren esta dependencia al celular de estar conectados las 24 horas y con acceso ilimitado. El perfil de gente que sufre más este síndrome son adolescentes en su mayoría, ya que en estas edades es importante ser aceptados por la sociedad y ellos entienden las nuevas tecnologías, pero también las personas con baja autoestima, pocas habilidades sociales ó poca confianza, por lo que cuando no tienen el celular disponible sufren mucho, porque se sienten incapaces de estar sin el.

Problemas de salud mental pueden ser consecuencia de la dependencia de que existe a las nuevas tecnologías y son los niños que nacieron cuando ya todo esto existía los que pueden sufrir con mayor probabilidad estos problemas.

Jonathan García-Allen, es un psicólogo que se ha dedicado a estudiar este tipo de trastornos de adicción a tendencias nuevas y el dice que el problema se puede prevenir con una buena educación. El problema no está en las tecnologías, sino en el uso patológico de las mismas. Es por eso la dificultad que tiene atacar este síndrome, ya que cada día hay más cosas nuevas que explorar en el celular y menos afuera para interactuar. Sin embargo Jonathan menciona que la solución no está en prohibir los celulares a los niños, sino enseñarles a darle el uso correcto y que en su educación tengan todos los aspectos positivos que tiene la tecnología para nosotros y los usos indebidos.

Si quieres descubrir si ya sufres de este trastorno, contestas las siguientes preguntas y si la respuesta es “Si”, es porque en algún grado ya lo tienes.

Si ya sufres de este trastorno hazte consciente para cambiar tus hábitos y que este no te controle.

Síndrome FOMO: sentir que la vida de los demás es más interesante. Jonathan Allen

http//:archivo.eluniversal.com.mx/ciencia/2015/tecnologia-danio-psicologico-103759.html

http://www.efesalud.com/nomofobia-esclavos-del-movil/

¨Comunidad de los seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre  y se desarrollan en función de los factores físicos de un mismo ambiente

Si pensamos en mobile como ecosistema y leemos la definición de arriba podemos ver que encaja con lo que se ha convertido el mundo hoy en día y como se ha hecho la migración a un ecosistema dentro de los celulares de todas las personas.

El celular se volvió la herramienta que empaqueta todo lo que necesitas en un mismo objeto, y de hecho, hoy en día, utilizamos nuestros celulares para todo menos para hacer llamadas (su verdadero origen de ser). Hoy en día tu celular es:

Aquí el brinco real fue a los smartphones, no desde la invención del celular. El Smartphone convirtió de este objeto funcional, en un ecosistema social y de dependencia.

Lo bueno y lo malo de tanta interconexión

Sí, hoy la globalización es lo más normal gracias a la tecnología. Esto nos ha traído cercanía a muchas personas que antes hubiera sido imposible. Ha hecho procesos largos y tediosos, fáciles. Ha convertido la experiencia de usuario en prioridad para las marcas. Todo esto resultando en comodidad, agilidad y facilidad para hacer tareas o actividades en el día a día.

¡PERO! Del otro lado no todo es luz y sonrisas.

(Conferencia de Facebook x Disruptors)

Y aunque las empresas se quieran deslindar de no hacer productos adictivos (ejem… Apple) lo cierto es que lo son. Un celular se ha vuelto el medio para escapar de estar presente. Y lo que es peor, se vuelve normal el ignorar a quien tienes enfrente por estar viviendo a través de tu celular.

No es por nada que también hay tantas terapias de desconecte y Forest Bathing en Japón, porque las personas sin darse cuenta dejan de vivir ciertas experiencias en el presente por estar viendo lo que alguien más está haciendo o dice estar haciendo a través del celular.

Es claro que hoy en día tu segundo hogar se volvió tu celular. Lo pierdes y parece que te falta una pierna. ¿Es buena esa dependencia tan extrema a un objeto?

Without realizing it our lives have become continuous; we no longer leave work and go home, we just leave the office, but we take our jobs with us in our pockets. And the same happens in the opposite direction, we kiss our family goodbye, we arrive to the office, we pull out our phone and we resume fighting over who forgot to do the dishes.

Although we can barely remember the time when life used to be different, it was just a decade ago. Our lives used to be quantized, there were these little, or big, chunks of life where we were mostly devoted to the task and people we had in front of us. We could leave home wondering if our college-aged-daughter would get that job, and this could be in the back of our heads until we got back home at night to hear the news. And it could occupy some headspace during the day, but it certainly was not as distracting as a text message conversation in the middle of a meeting.

This ability to compartmentalize certain aspects of our lives has been slowly declining during the 19th century, maybe even earlier, with the development of communications. One could argue that the Romans were the first civilization that increased continuity in an impactful way, by building roads to communicate the whole empire.

So even if nowadays we think of mobile, as in mobile phones, the concept of mobility has always been ingrained in human history. It took homo sapiens hundreds of thousands of years to transition from hunter gatherer societies to settlers, and start building the modern civilizations. During those years, humans, were able to spread from just a small region in Africa to all over the World, so how is that for mobility.

The incredible insight is that what it took thousands of years, and hundreds of generations, it can nowadays be achieved in just a few hours. However, looking at the big picture, the impact that airplanes have had has only been incremental from what the Spanish Conquistadors started in 1492. In just a span of 300 years, the world map went from being an unknown possibly-yeah-most-likely-a sphere, to a fully detailed we-are-sure-now world globe. And in this process, languages, customs, cultures and religions were wiped out. The Pope spoke and the whole world listened. The number of cultures plummeted and a few huge cultures were imposed. This development could be explained, to a great extent, by the increased mobility that new technologies applied to sail boats brought.

Then globalization happened: low cost flights, one-day international shipping, Hollywood, and any little sense of cultural quantization almost completely vanished. Hamburgers and french fries conquered the world, tequila was brought to corners of the world that Aztecs did not even know existed, and suddenly everybody spoke English.

Societies became more homogenous, and the world got divided in just a few very large blocks, which over time became even larger. The UN and free trade probably did the rest, and out of nowhere Big Macs tasted the same in San Bernardino, California, or in Mumbai. At the macro level there were still countries, with their unique set of customs and cultures, but the experience felt more continuous: same hotels, restaurants, shops, cars, retailers…

At the same time, a huge transformation was also happening at the micro level. There used to be a time, not that long ago, when people would leave the Old Continent, migrate to America, and not go back to their hometowns until many years later. New continent, new life; they could leave who they were behind, and create a new persona.

But communications started improving: the postal service became more reliable, the telegraph was invented, then the telephone and finally came the internet. The internet brought one very important thing with it: quasi-perfect memory. This made it much more difficult to leave the past behind, and suddenly, even if a person tried to actively avoid it her public persona got foreculy mobile, no chance of leaving it behind in the Old Continent.

Nevertheless, there still was some discontinuity; one paradigmatic example is Homer Simpson who had Moe’s, where he could escape Marge, reality and his responsibilities. But then the smartphone came around and that last stronghold of privacy got breached: Marge could know exactly where Homer was, Burns could bother him for not being at work, and Principal Skinner could call him to let him know that Bart set Milhouse's pants on fire.

Certainly, the ubiquity of the smartphone has brought great improvements too; it has made separation much more bearable for families, it made it impossible to get lost, it made home office exponentially better, it gave children more freedom of movement albeit with a loss of privacy, just to name some examples.

It has become clear by now that quantization in our lives is dead, and that they have become an homogeneous mix of work, family, friends, here and there; past, present and future, reality and fantasy. What is even more amazing is that it is difficult to tell whether we like this new reality or not, since we seem to be incapable of putting our phones down.

My humble opinion is that the resurgence of meditation and mindfulness in these past few years is directly linked to a defense mechanism that has been alerted deep inside our minds, that are rejecting this new paradigm. Even if we want to fool ourselves thinking that we are good multitasker, our minds are better wired to do one thing at a time, specially when they are demanding tasks, like work, cooking or raising a child. This is why I think, that quantization in our lives will come back from death, and that we will find a way to balance the advantages that the ever increasing mobility has to offer us and the restlessness that it has brought to our minds.

Qué son los hábitos sino rutinas- algo que hacemos sin darle mucho pensamiento, y que realmente no nos damos cuenta que hacemos porque al haberlo repetido tantas veces, se vuelve parte de ti y toma mucho menor esfuerzo.

Los hábitos se forman desde dentro, pues es algo en lo que ya crees. Desde el hábito de creerte una persona que se le facilita levantarse en la mañana, o creerte una persona deportista, o creer que eres alguien positivo. Porque lo que crees es algo interno, algo que ya es parte de ti, y mientras más lo crees, más fácil es llevarlo a la práctica.

Algunos puntos importantes dentro del tema de hábitos:

Es más sencillo dividir hábitos que buscas crear, encontrar tanto el momento en que los usas, como la recompensa que debes buscar para cada hábito. Querer cambiar todo de una vez es complicado, pero mientras más puedas dividir e ir construyendo y conquistando, será más fácil lograr ese cambio.

Los ¨keystone habits¨ son aquellos que desencadenan a un mayor número de hábitos. Como sería el ejemplo de las personas que hacen ejercicio, también empiezan a comer mejor y empiezan a ser más conscientes en su salud.  Esto es parte de crear ¨momentum¨ una acción que lleva a la siguiente, y mientras más carrera llevas, más rápido y fácil es seguir construyendo algo.

Esta es una parte básica de una persona con buenos hábitos. Una característica que describe a alguien perseverante y que a pesar de pasar por adversidad y dificultad, se mantiene firme para alcanzar una meta a largo plazo.

Un hábito no es exclusivo a individuos. Un hábito también se da en comunidad. Cuando un comportamiento o respuesta está incorporado es también un hábito, como en países amigables donde las personas buscan ayudarte vs. países donde las personas buscan únicamente un bien personal. Cuando estás acostumbrado a que las personas sean amables, tu buscas integrarte y tener esa misma respuesta.

Tim Ferris, autor que con los años ha entrevistado y platicado con tantas personalidades globales, nos da una rutina para la mañana, pues al ser el inicio del día, si empiezas despertando con buenos hábitos, la probabilidad que continúes el día con un buen paso es más alto.

  1. Hacer tu cama- primer sentimiento de haber logrado algo desde que despiertas.
  2. Meditar- tomar un tiempo para calmar y preparar tu mente para el día.
  3. Tomar té/agua- bueno para la salud y pone en movimiento tus órganos internos.
  4. Escribir un diario- tomándote 5 a 10 minutos en escribir tus primeros pensamientos, lo que agradeces del día y poner prioridad a lo que debes realizar.
  5. Ejercicio- desde 20 a 90 minutos integrados en tu rutina diaria y darte un boost de endorfinas mañaneras.
  6. Regaderazo frío- terminar de despertarte y bueno para la circulación.

Empieza bien tu día cada día y se consciente de los hábitos creados y los que buscas aún crear.

Se dice que toma sólo 3 pasos para formar un hábito: un trigger, la acción y una recompensa.

Siempre me he considerado una persona positiva, entusiasta y alegre. Soy de esas personas que prefiere ver el vaso mitad lleno que mitad vacío. Sí tengo días malos, momentos en la vida en los cuales me cuesta mucho trabajo balancear todas las emociones que siento, pero al final del día, logro vivir la mayor parte de mi día con una sonrisa. ¿A qué se debe?

Nunca me había dado cuenta de que la felicidad es en realidad un círculo virtuoso; la felicidad, genera más felicidad. Así como dicen que con dinero es más fácil hacer más dinero: la vida de Warren Buffet lo comprueba, yo pienso lo mismo de la felicidad.

Piénsalo así. 

Cuando algo pasa en la vida, podemos siempre ver el lado negativo o bien, el lado positivo. Siempre hay un lado positivo a todo. Me cortó mi novia, lo bueno es que no voy a perder más tiempo con alguien que no quiere estar conmigo. Se me cayó el helado, lo bueno es que no voy a engordar. Choqué mi coche y fue perdida total, lo bueno es que estoy vivo y salí ileso. Perdí mucho dinero en mi primer negocio, lo bueno es que aprendiste mucho y no cometerás los mismos errores (o bueno eso espero, aunque eso es para otra historia). No tuve muchos likes en mi foto de Instagram, lo bueno es que ya se que a mi comunidad no le gustan las fotos de flores.

Si nos hacemos el hábito de afrontar situaciones de nuestra vida diaria, desde momentos banales hasta importantes tragedias, y les vemos el lado positivo, podremos sonreír, agradecer lo que tenemos y distanciarnos un poco de la situación para encontrar el debido peso del sentimiento. Una situación a la vez, viendo el lado positivo de las situaciones, terminamos reflexionando acerca de los hechos y sonriéndole a la vida. El resultado: endorfinas. Estudios demuestran que la felicidad se crea cuando hay mayor presencia de 4 químicos segregados por el cerebro: endorfinas, serotonina, dopamine y oxitocina, los cuales podemos incrementar a través de formas distintas y en este sentido, inducirnos la felicidad.

Se necesita ser feliz para ser feliz.

Hay otra capa del concepto de hábito que tiene que ver con lo que piensas. Los pensamientos también son hábitos, los cuales posteriormente se convierten en actos. Cuando estamos constantemente pensando en que es un mal día, vamos a encontrar cosas para comprobarnos a nosotros mismos que efectivamente, hoy es un mal día. Lo mismo pasa con los pensamientos positivos. Si nos formamos el hábito de permitirnos ser felices, de despertar por la mañana y agradecer el sol, el aire que respiramos, el desayuno que tenemos, nuestra familia, amistades, salud y nuestro hermoso cuerpo, tendremos como recompensa un sentimiento de bienestar y felicidad. Es más fácil construir felicidad sobre la felicidad. 

Ojo, todo esto no significa que no habrán sentimientos negativos, malos momentos y situaciones difíciles. Pero ante lo negativo, usa la estrategia del hábito para salir del momento. Te invade un sentimiento negativo, detente un segundo, analiza cuál es ese sentimiento, entiéndelo, llega al fondo del mismo, cuestiónate por qué, pon las cosas en perspectiva y encuentra lo positivo de la situación, lo que sí te saca una sonrisa y quédate ahí. Listo, acabas de iniciar el camino hacia el hábito de ser feliz. 

El trigger: cualquier emoción. 

La acción: análisis a profundidad para poner las cosas en perspectiva.

La recompensa: una sonrisa.


La palabra “hábito” es una palabra que hemos escuchado por años y que podemos darle un significado sencillo como: una rutina que repites tantas veces que después ya no te cuesta trabajo y la puedes realizar casi en automático.

Pero, ¿ porque si esto es tan sencillo nos cuesta tanto trabajo hacer o cambiar un hábito? Hay un estudio [1] que demuestra que solo el 8% de los propósitos de año nuevo se cumplen y el otro 92% se quedan como simples deseos, propósitos como; bajar de peso, dejar de fumar, hacer ejercicio, etc. Y esto se debe a que tal vez no sabemos cómo  funcionan los hábitos y cómo podemos eliminar viejos hábitos para poder introducir nuevos.

El en el libro del poder de los hábitos de Charles Duhigg nos explican que los hábitos siempre tienen 4 fases:

1- Señal o recordatorio.

2- Rutina.

3- Premio o recompensa.

4- Repetición.

En la vida cotidiana creamos hábitos de manera natural por lo que algunos de ellos son positivos y otros negativos.

Un ejemplo de un hábito positivo:

1- Señal: Me siento pasado de peso.

2- Rutina: Hacer ejercicio.

3- Recompensa: Si cumplo toda la semana un chocolate.

4- Repetición.

Un ejemplo de un hábito negativo:

1- Señal: Estoy en mi casa aburrido.

2- Rutina: Ver Series en TV.

3- Recompensa: ( no la planeas) ver tu serie favorita.

4- Repetición

Después de ver estos dos ejemplos lo que podemos resumir es que los hábitos son ciclos de actividades que se repiten. La diferencia entre un hábito positivo y uno negativo, es el propósito que tu tengas, ya que puedes crear hábitos negativos sin darte cuenta.

El poder de los hábitos en la vida personal y profesional de la gente puede tener un alto impacto, por eso es muy importante entender cómo funcionan y cómo podemos controlarlos para usarlos a nuestro favor como una herramienta cotidiana para lograr nuestros objetivos.

Es importante mencionar que no es recomendable querer cambiar todo al mismo tiempo, lo mejor que podemos hacer es ir creando hábitos de uno en uno, sin embargo hay hábitos fundamentales que nos pueden ayudar a cambiar varios hábitos si cambias uno.

¿Qué son los hábitos fundamentales?

Son los  que nos definen a cada persona, son sumamente importantes y por lograrlos podemos “sacrificar otras cosas” ó mejor dicho crear otros hábitos que complementan pero en realidad son nuevos. Un ejemplo:

Contexto: Es una persona que se está preparando para un evento deportivo, pero le cuesta trabajo ser constante con el entrenamiento porque nunca puede entrenar a la misma hora por sus horarios laborales, lo que le da como resultado faltar mucho y eso lo desmotiva para cumplir otras cosas que le pueden ayudar a su desempeño en la competencia.

1- Señal: Se frustra cuando no se organiza para entrenar.

2- Rutina: Ir a entrenar.

3- Recompensa: Comer un pedazo de chocolate.

4- Repetición

Hábito fundamental: Entrenar.

Habito 2: No fumar

Hábito 3: Dormir temprano

Hábito 4: Comer sano.

Como se puede observar en el ejemplo, cambiar un hábito para esta persona podría impactar otros 3 hábitos positivos que le iban a ayudar a lograr su objetivo.

En el libro de "Mini habits" de Stephen Guise, nos explica que al final la motivación y la ambición no son tan importantes para lograr el objetivo, como las decisiones que tomamos cada momento del día y la vida en el día día es la suma de todos los hábitos que tenemos y es importante estar conscientes de esto para analizar qué hábitos nos suman y cuáles no. A veces es difícil porque son todas las rutinas automáticas que hacemos todo el tiempo, como manejar, bañarnos, la forma en que comemos, etc. Los hábitos son herramientas muy poderosas que en todos los ámbitos marcan la diferencia de lograr los objetivos o no.

Te invito a que te analices por una semana a reconocer tus hábitos y definir si son positivos ó negativos para saber cuales quieres eliminar o modificar. Después hagas una lista de objetivos personales y profesionales y trates de reconocer que hábitos te podrían ayudar a llegar ahí. Si no te sientes seguro de tu propuesta de hábito a desarrollar puedes buscar en internet y hay una variedad interesante de artículos donde destacan los 3, 5, 10 hábitos de la gente más exitosa, de la gente más feliz, de los mejores deportistas, de emprendedores, de los mejores estudiantes,etc. Son propuestas de hábitos enfocados que vale la pena desarrollar para poder lograr nuestros objetivos.

[1] Estudio realizado por el Departamento de Psicología de la Universidad de Scranton —Pensilvania

Bibliografía:

Duhigg, Charles; The Power of Habit: Why We Do What We Do in Life and Business. Random House Trade Paperbacks, 2012. Print.

Bruchard, Brendon; High performance habits: How extraordinary people become that way.  Hardcover, 2017.

Guise, Stephen; Mini habits: Smaller habits, bigger results.

Un hábito es una rutina que se repite de manera regular y que tiende a ocurrir de manera inconsciente. Los hábitos son muy simples, y sólo constan tres partes: la señal, la realización del hábito y el premio [1]. La señal es lo que nos indica que debemos realizar la rutina, por ejemplo cuando nos levantamos en la mañana y nos preparamos el café. La rutina es el hecho de preparar el café, y el premio es poder tomarnos el café.

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Los hábitos son importantes puesto que tienden a convertir tareas tediosas o aburridas en actividades que realizamos de manera automática, por lo que reducen el esfuerzo que nos lleva hacerlas. Hay hábitos buenos, como el de hacer deporte, y hábitos malos, como fumar. Además debemos saber que al igual que se pueden crear nuevos hábitos, también podemos romper hábitos malos [3]. En este post nos centramos en hábitos de gente exitosa que puedes usar para mejorar tu propia vida, ya sea desplazando hábitos malos, o creandolos de cero.

Albert Einstein's travel diary
Extracto del diario de Albert Einstein en el que escribió sus vivencias en Estados Unidos entre 1930 y 1931.

1. Lleva un diario personal

Einstein, Marie Curie, Darwin, Edison... y otras muchas personas exitosas decidieron apartar una parte de sus días para reflejar sus pensamientos en un diario. Muchísima gente se plantea escribir un diario, y varios lo intentan, pero al cabo de unos días terminan dejándolo porque no le dan suficiente tiempo para que se convierta en un hábito. Sin embargo, sabemos que escribir un diario tiene muchos beneficios. [4]

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2. Bebe agua

Beber agua sólo cuando tienes sed no suele ser suficiente, por eso deberías trabajar en hacerlo un hábito. Beber agua tiene incontables beneficios para la salud, por lo que todo el mundo debería crear el hábito de tomar entre 2 y 3 litros al día. Para ello lo mejor es aprovechar cierta señal para tomar un vaso, por ejemplo, si estamos en una oficina, cada vez que nos levantemos de la silla. Después de tomar el agua debemos recompensarnos de alguna manera, por ejemplo, haciendo una rayita en un cuaderno en el que llevemos el registro de los vasos de agua que tomamos al día. Aunque este premio nos parezca muy pequeño, es posible que sea suficiente para crear un hábito, ya que sentimos cierto grado de realización cada vez que hacemos una nueva rayita o las revisamos al final del día.

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3. Haz deporte

Es conocido que las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte en la mayoría de las sociedades modernas. Pero además, hoy en día sabemos que una vida sedentaria tiene efectos negativos también en la salud mental de las personas [5]. Por esta razón, convertir en un hábito el hacer deporte puede ser una de las decisiones que mayor impacto tenga en nuestras vidas.

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4. Levántate temprano

Estudios han demostrado que la gente que madruga no es sólo más optimista y proactiva, sino que son capaces de anticipar problemas y mitigarlos de manera más eficiente. [6]

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5. Sé agradecido

La mayoría de estudios encuentran algún tipo de correlación entre ser agradecido y el bienestar de las personas [7]. Y aunque a priori parezca que ser agradecido tiene que ser un acto consciente, en la mayoría de los casos podemos hacer que se convierta en un hábito. Podemos tratar de detectar todas las señales que pueden llevarnos a decir gracias, por ejemplo, siempre que recibamos algo debemos decirlo, aunque sea algo tan simple como cuando nos entregan cambio en el Oxxo. Y ser agradecidos también debe ser un acto de introspección, por ejemplo, podemos incluir el hábito de dar las gracias en el hábito de escribir el diario, y dedicar la primera frase a dar las gracias por las cosas buenas que nos han ocurrido a lo largo del día.

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6. Medita

La meditación es una actividad que lleva siendo aplicada de alguna u otra forma durante miles de años, y aunque generalmente se asocia más con la cultura oriental, también está presente en el Antiguo Testamento [8]. Y si esta técnica ha sobrevivido milenios es porque tiene un impacto positivo en la salud mental de las personas. [9]

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7. Lee

Lee libros, lee blogs, lee Twitter, lee Facebook, lee el envase del champú, lee cualquier cosa, pero lee. Leer es la forma más eficiente de aprender nuevos conceptos, de evolucionar a nivel personal, de conocer nuevas culturas, de conocer  cómo piensan otras personas. Y si no consigues hacer de leer un hábito, escucha audiolibros, escucha podcasts, ve documentales...

Resumen

Si consigues introducir en tu vida algunos de estos hábitos después de un tiempo podrás echar la vista atrás y ver cómo tu bienestar ha incrementado. Recuerda que los hábitos no se crean de un día a otro, y que es necesario respetar la estructura de señal, hábito y recompensa, por lo que además de ser constante, trata de identificar muy bien las señales, y sé justo con las recompensas. Y por último, todas las personas somos distintas, por lo que si a pesar de esforzarse no consigues que alguna de estas actividades se convierta en hábito, no te frustres, y céntrate en algún otro.

REFERENCIAS

Nota: En este artículo sólo se usaron las referencias que pudieran apoyar la narrativa, y se ignoraron los estudios que contradecían lo dicho. La mayor parte de los estudios referenciados usa una muestra demasiado pequeña para poder sacar conclusiones contundentes, y es posible que no se puedan replicar. 

[1] Duhigg, Charles; The Power of Habit: Why We Do What We Do in Life and Business. Random House Trade Paperbacks, 2012. Print.
[2] Butler, Gillian; Hope, Tony. Managing Your Mind: The mental fitness guide. Oxford Paperbacks, 1995. Print.
[3] Suzanne LeVert, Gary R. McClain (2001). The Complete Idiot's Guide to Breaking Bad Habits. Alpha Books.
[4] Hiemstra, R. (2001). Uses and benefits of journal writing. In L. M. English & M. A. Gillen, (Eds.), Promoting journal writing in adult education (New Directions for Adult and Continuing Education, No. 90, pp. 19-26). San Francisco: Jossey-Bass.
[5] Physiological and health implications of a sedentary lifestyle Mark Stephen Tremblay, Rachel Christine Colley, Travis John Saunders, Genevieve Nissa Healy, Neville Owen » Abstract Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism, 2010, 35:725-740, https://doi.org/10.1139/H10-079
[6] Randler, Christoph. (2009). Proactive People Are Morning People1. Journal of Applied Social Psychology. 39. 2787-2797. 10.1111/j.1559-1816.2009.00549.x. 
[7] Sansone RA, Sansone LA. Gratitude and Well Being: The Benefits of Appreciation. Psychiatry (Edgmont). 2010;7(11):18-22.
[8] Christian spirituality: themes from the tradition by Lawrence S. Cunningham, Keith J. Egan 1996 ISBN0-8091-3660-0 page 88
[9] Harvard Medical School. Now and Zen: How mindfulness can change your brain and improve your health.

Preguntarnos si deberíamos institucionalizar el 3-day work week me parece similar a preguntarnos si deberíamos institucionalizar el Avocado Toast como el único desayuno que deberíamos comer porque es delicioso, alto en grasa natural y fácil de preparar.

Suena absurdo pero, tras un análisis a conciencia, ahondar en institucionalizar la cantidad de horas que las personas deberíamos trabajar es, al final de cuenta, ahondar en usos y costumbres o estilos de vida. Determinar cuánto tiempo deberían dedicar las personas al trabajo me parece complejo y subjetivo.

Evidentemente hay aspectos del tema relacionados a la ley, a la cantidad máxima de horas que un empleador puede exigir a su empleado laborar, dado que es la forma más sencilla de humanizar el trabajo y alejarnos de conceptos ahora ilegales como la esclavitud. Y no hay que negarlo, las instituciones abusarían de los empleados si no fuera por ello. Y por motivos probablemente bíblicos, terminamos todo el mundo regidos bajo la semana de 7 días, con el domingo como día de descanso. Entonces en efecto, hoy sí seguimos una rutina de trabajo.

Pero observemos con un poco más de detenimiento. Hay países como Francia donde en promedio se trabajan 28 horas a la semana, cerca de la mitad de lo que se trabaja en México 43 horas a la semana). ¿Qué implicaciones tiene? Si comparamos en términos del PIB Per Capita, Francia tiene una cifra 4.5 veces mayor pero si comparamos en términos de un factor más subjetivo como lo es la felicidad, acorde al World Happiness Report del 2018, Francia y México tienen el mismo índice de felicidad. Entonces, ¿es posible ser más productivo trabajando menos horas? Si. ¿Hace más felices a las personas trabajar menos horas? No necesariamente.

Suena lógico que las personas prefieran trabajar menos horas que lo que hoy ya trabajan, pero eso va a ser un deseo incesable. Si se institucionaliza una semana de trabajo de 3 días, en futuras generaciones, al volver a hacer la misma pregunta, volveremos a obtener la misma respuesta, ¡trabajemos menos horas! Porque el concepto de trabajar menos horas es increíble.

Pero vivimos en una sociedad con un mercado abierto: las cosas tienen un precio y la economía avanza. Si trabajamos menos horas, ¿se nos pagará lo mismo? ¿somos capaces de generar la misma productividad? No necesariamente es igual en todos los ámbitos de trabajo ni para todas las personas.

Con un mundo tan globalizado como en el que vivimos hoy, las empresas tienen cada vez más autonomía en diseñar la cultura de trabajo que deseen, pero a su vez habrán logrado atraer al tipo de talento que comulgue con dicha cultura. Vivimos en un mercado libre y hasta que eso no cambie, difícil podrá ser tener mandatos acerca de cómo vivir la vida e invertir nuestro tiempo en ella.

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